Ratatouille, “solo los audaces son buenos chefs”
– Barbie, una crítica al patriarcado.
Remy sueña con ser un chef profesional en un mundo que no le comprende, principalmente porque es una rata. Esta minucia no le detiene para enfrentarse a todo: su familia, los raticidas y un mundo de peligros. Nada le pondrá fácil llegar a lo más alto de la cocina francesa pero Remy, siguiendo las enseñanzas del libro “¡Cualquiera puede ser cocinero!”, del chef Auguste Gusteau, es incapaz de escapar a su destino. Los animadores de esta película de Pixar crearon ratas que sienten, hablan y se mueven por una cocina como lo haría el mejor de los chefs franceses, rompiendo los prejuicios sobre el lugar de cada uno, con una rata que pone ojitos tiernos al espectador. En este proceso los creadores no se olvidaron de los sentidos, transmitiendo a través de vista y oído, la sinestesia de un olor y un gusto que nos hace sentir en el paladar platos suculentos.
«No es natural quedarse así, el cambio es nuestra opción y se inicia cuando se decide».
Reflexiona Remy discutiendo con su padre Django.
La historia de Remy avanza gracias a su encuentro fortuito con Alfredo Linguini, un muchacho que también desea ser chef pero que carece de los conocimientos y habilidades necesarios. Juntos aprenderán recetas y varias lecciones importantes en la ascensión a la alta cocina desde sus orígenes humildes.
«No cualquiera puede convertirse en un gran artista
pero un gran artista puede provenir de cualquier lado«.
Anuncia Antón Ego, crítico gastronómico y terror de los chefs.
Las dificultades no faltarán en esta historia. Skinner, el chef que dirige la cocina pondrá en varios aprietos a nuestros protagonistas y Anton Ego, el crítico gastronómico, aterrorizará a todo el mundo con la posibilidad de una mala crítica. Ratatouille es una película para niños y mayores en la que todos podemos aprender algo y que desde luego nos dejará un delicioso sabor de boca.