Alemania es un país rico, pero sus pensiones no lo son
España aprobó este año una nueva reforma de las pensiones que asegura una ampliación de derechos para nuestros y nuestras pensionistas y la sostenibilidad del sistema público. De esta forma, entre las medidas que contiene la nueva ley, se aumentan las pensiones cada año, como mínimo al nivel del IPC, o se incluye aumentos importantes de las pensiones mínimas o del complemento para reducir la brecha de género (sube un 10% más que el IPC de cada año).
Sin embargo, en un país tan importante como Alemania pasa totalmente lo contrario. En la cuarta economía del mundo y la mayor de Europa, un millón de jubilados y jubiladas tienen que seguir trabajando con 67 años para poder recibir su pensión. Tras 45 años cotizando, la jubilación media está en 1.543 euros, según datos del Ministerio de Trabajo alemán. Además, del millón de jubilados que trabajan, más de 800.000 están empleados en los minijobs, los empleos más precarios.
El sistema público de pensiones español es uno de los mejores de Europa y del mundo. Garantiza un nivel de vida digno para las personas que han trabajado toda su vida y que se merecen descanso y tiempo libre para dedicarlo a la emoción, no a la obligación.
