Una cesta de la compra de lujo

La llegada de la COVID y, tras la pandemia, el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia ha servido para que muchas empresas suban los precios de sus productos hasta límites impensables. Precios, en su mayoría, de productos básicos y fundamentales para las personas, que ven cómo tienen que recortar su cesta de la compra cada semana por no poder pagarla, mientras los empresarios se hacen cada vez más ricos.

De esta forma, según datos de NIQ, el aceite ha aumentado su precio en un 27,9% en agosto en relación al año pasado; el azúcar, un 33,4%; el arroz, un 22,2%; el queso, un 15,7%; y los helados y cereales, un 14,2%.

Los salarios están aumentando de media solo un 4,3% en este año, y es la subida más alta de los últimos años, por lo que las familias están sufriendo una pérdida de poder adquisitivo muy importante, que les impide alcanzar un proyecto de vida estable o, simplemente, ahorrar para aumentar su nivel de ocio, tan resentido y golpeado desde hace tiempo.

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