‘Yo, Daniel Blake’

Ken Loach:“Es para esa gente que sufre la crueldad de la burocracia en cualquier país”

La incansable denuncia social del director inglés Ken Loach, toma la forma de unas ropas arrancadas a un sistema burocrático cada vez más frívolo y mecánico. En ‘Yo, Daniel Blake’ se desnuda el interior de los trámites y procesos administrativos hasta mostrar la deshumanización con la que las personas de las eternas salas de espera, los ciudadanos, los contribuyentes a fin de cuentas, adquieren el perfil de meras cifras o meros clientes para la Administración.

La película narra la historia de la encrucijada en la que se ve envuelto Daniel, un carpintero con 59 años que sufre un infarto. Desde entonces, se ve relegado a un limbo social que sanitariamente le impide trabajar al mismo tiempo que es empujado a buscar trabajo para cobrar ayudas del Estado, una baza moralmente mal vista en el país británico que ahonda más aún en su resignación. Blake cruza un angustioso periplo en el momento más delicado de su vida, agravado además por la desesperante desconexión digital con las tecnologías con las que se gestionan, hoy día, cualquier procedimiento. 

En un pasaje del filme, el protagonista asiste al pavoroso trato a una madre de familia por parte de funcionarios de una oficina del Estado. Surge entonces la indignación, un chispazo de rabia al que se aferra para moverse en alguna dirección que le permita salir de su parálisis. Encuentra en la familia de Katie un peso que le ayudará a nivelar la incredulidad de su situación personal, para apoyar (y apoyarse) y luchar por el bienestar de ella y sus hijas, abandonadas al igual que él por un sistema aséptico. 

‘Yo, Daniel Blake’ reúne con gran habilidad un hilo argumental de gran importancia social con obstáculos adyacentes astutamente colocados por Loach. Una ensalada de problemas perfectamente aliñada con todos sus ingredientes que catalizarían esa sensación universal, en la que entendemos que nunca un problema viene solo, sino surgidos casi todos a la vez y quizás arrastrados por la órbita del mayor de ellos.

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