A la conquista del espacio femenino en los empleos tecnológicos
La digitalización continúa extendiéndose inexorablemente por nuestra economía, un proceso se ha visto acelerado con la pandemia, y que implica que los empleos relacionados con disciplinas técnicas como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, serán aún más demandados en el futuro. Sin embargo, no existe igualdad de género en la base de este nuevo modelo tecnológico, y esto está provocando que se agrave la exclusión de la mujer de ámbitos que liderarán la economía y en los que van a residir los principales centros de poder.
Más de la mitad de las personas matriculadas en estudios universitarios son mujeres, pero a pesar de esta abrumadora mayoría, las mujeres tienen una presencia muy minoritaria en ramas como la Ingeniería o las Ciencias y en los denominados empleos TIC –Tecnologías de la Información y Comunicaciones-, STEM – acrónimo en inglés que se utiliza para agrupar a disciplinas técnicas como la ciencia, la tecnología, ingeniería o las matemáticas- o tech.
Especialidades como Matemáticas, Nanotecnología o Diseño Industrial tienen una, nada desdeñable, tasa de participación femenina del 40%, pero, por ejemplo, las relacionadas con la informática no alcanzan ni el 13%. Y, sin embargo, la presencia de las mujeres en el empleo de carácter tecnológico no llega ni al 20%.
De hecho, según datos de la Encuesta sobre el uso de las TIC y del comercio electrónico en las empresas 2023 (INE), el porcentaje de empresas con mujeres especialistas en TIC ha descendido más de 11 puntos desde 2017, una tendencia que da lugar a centros de trabajo tecnológicos donde sólo un 8% de las tech presenta paridad de género en 2023 (la misma cifra que en 2019) y se registra menos de una mujer por cada cuatro puestos profesionales relacionados con las TIC.
En España el porcentaje de mujeres especialistas en TIC en 2021 fue del 19,4%, cifra que parecería positiva sino fuera porque es prácticamente la misma que en 2013
Si se desglosan los datos por especialidades, la dimensión del problema se hace más visible ya que sólo un 0,64% del total de expertos en IA de nuestro tejido productivo son mujeres, el porcentaje de mujeres especializadas en Ciberseguridad apenas supera el 1% del total y menos del 2% del total de profesionales del Cloud Computing.
Más presencia femenina en las pequeñas empresas
Los centros de trabajo tecnológicos están profundamente masculinizados, y para cambiar esta realidad, debemos preguntarnos a qué se debe esta situación.
José Varela, especialista en Digitalización del Trabajo y experto en Derecho de IA, señala que “las cifras difieren mucho según el tamaño de la compañía”, de hecho, “las empresas con menos de 10 personas trabajadoras constatan mayor presencia de mujeres, superando a PYMES y grandes compañías puesto que el porcentaje de mujeres especialistas TIC en las microempresas supera por tres puntos al de las grandes empresas (31% por 27%) y la presencia de expertas en IA en las empresas más pequeñas triplica al de las empresas con más de 250 personas (2% frente al 0,46%)”.
“La infrarrepresentación femenina en la tecnología”, cuenta a In Itinere, “precisa una explicación mucho más amplia que la que vierte en los estereotipos sociales toda la culpabilidad”. Por ello considera que hay que ir más allá de esa tendencia generalizada a explicar este fenómeno desde aspectos culturales, sociales o educacionales, “hay que incluir también las circunstancias laborales que rodean el trabajo de las mujeres tecnólogas”.
De un 56% de representación femenina en las universidades, a un 0,5% de expertas en Inteligencia Artificial
Varela considera que, a la vista de los datos, los argumentos esgrimidos por las empresas hablando de “falta de talento femenino” o de que “no hay mujeres en las carreras tecnológicas” no se sostienen y que la situación de las tecnólogas en las empresas puede tener más que ver que otros motivos.
Las empresas tienen una gran responsabilidad
Según datos de la Encuesta de Inserción Laboral de Titulados Universitarios del INE de 2019, en su primer empleo, a las mujeres con titulación en ingeniería o informática, se les ofrece un salario menor que a los hombres, unas diferencias salariales que están relacionadas con los roles laborales que se les ofrecen – trabajos administrativos, contables o labores de investigación o científica- y a los tipos de contrato, puesto que las empresas reservan para las mujeres opciones como contratos a tiempo parcial, de prácticas o de formación mientras que los contratos indefinidos se reservan mayoritariamente a los hombres.
De esto sabe mucho Cristina, Doctora en Física. A lo largo de su carrera laboral ha trabajado en empresas tecnológicas vinculadas con la innovación y el desarrollo de materiales, y destaca que “el hecho de que en España las pequeñas empresas tengan mayor presencia femenina en el empleo científico y tecnológico debe vincularse con el hecho de que las grandes compañías no han sabido atraer el talento femenino”.
Renunciar al talento femenino es una política muy poco inteligente
“Las empresas españolas ofrecen empleos con salarios injustos, con muy poca proyección profesional y un clima laboral discriminatorio y lleno de obstáculos que, en muchas ocasiones provoca que las mujeres abandonen sus carreras si desean ser madres” añade.
Ella sabe muy bien de lo que habla, tiene 59 años y renunció a tener hijos para dedicarse a su pasión y desarrollar su carrera profesional, por eso cree que es normal que las mujeres en este ámbito apuesten por “empresas más pequeñas”. Ella lo hizo, después de muchos años trabajando en una gran empresa, apostó por una startup y está muy contenta porque se siente mucho más reconocida y valorada.
Abandono de este tipo de carreras
La consecuencia directa de todo esto es la tendencia a abandonar este tipo de carreras profesionales. De hecho, según la citada encuesta el 30% de las ingenieras afirma, a posteriori, que “realizaría una carrera distinta”.
Es lo que le sucedió a Nuria, investigadora en el ámbito científico. Al quedarse embarazada cayó en la cuenta de todas estas diferencias en las condiciones laborales con respecto a sus colegas varones, incluido su marido, que trabajaba con ella. “Antes no le daba importancia. Estaba feliz de poder dedicarme a la investigación, pero cuando tuve a la niña empecé a darme cuenta de las discriminaciones que sufría”.
Más del 40% de las mujeres que trabajan en ciencias abandonan el sector o pasan a trabajar a tiempo parcial después de su primer hijo
“Son ámbitos en los que no existe igualdad de oportunidades. Mujeres y hombres no juegan con las mismas reglas y las empresas no hacen nada para cambiar esto. Se valora más a los hombres, hasta ellos te lo dicen, y, con el mismo nivel de conocimientos y méritos, siempre se elegirá a un compañero para puestos de responsabilidad, pero es que, además, por un mismo trabajo los salarios de las mujeres son más bajos y la cosa empeora con la maternidad”.
Nuria nos cuenta que al tratar de revertir la situación se encontró con un muro y con el paso del tiempo tomó la decisión, no sólo de dejar su trabajo, sino de cambiar de profesión. No es un caso aislado, varios estudios señalan que más del 40% de las mujeres que trabajan en ciencias abandonan el sector o pasan a trabajar a tiempo parcial después de su primer hijo. “Es una pena, porque el ámbito científico y tecnológico no se puede permitir perder tanto talento”, afirma.
Tomar medidas, cambiar una realidad injusta
Por todo ello, José Varela insiste en que es fundamental “implantar planes de igualdad en las empresas de este sector y desarrollar verdaderas políticas de igualdad y de corresponsabilidad que vayan cerrando las brechas y erradicando las discriminaciones de género”.
“Además”, Varela advierte de que, “hay que implementar medidas que permitan equilibrar la proporción de hombres y mujeres en las áreas tecnológicas, así como reformar los procesos de selección haciéndolos atractivos y desterrando cualquier viso de discriminación de género, pero también, impulsar la formación para que las mujeres aumenten su empleabilidad y sus posibilidades de promoción en el sector”.
Sólo un 8% de las tech presenta paridad de género en 2023
“Asimismo, hay que trabajar en otros ámbitos como las escuelas y centros docentes – donde es esencial desarrollar campañas de información y sensibilización para promover la participación de las jóvenes en entornos digitales y promover la educación en estas nuevas tecnologías desde edades tempranas-, o los medios de comunicación para dar más espacio y mayor visibilidad a las mujeres y ofrecer referentes”.