Su espítiru servil, reprimido y apocado, se abre el día que acepta un puesto de trabajo como limpiadora de un centro comercial, donde comienza a conectar y socializar con compañeras más allá del ambiente del hogar. Siendo el nuevo sustento económico del núcleo familiar, asume un crecimiento motivacional más allá de la carga de trabajo a la que es sometida. Pronto explorará nuevos espacios de su vida social que parecían olvidados, como la amistad, el ocio o la superación del miedo.
Un día su suerte cambia y ve como todo se tambalea a raíz de un acontecimiento.