Alberto está cansado de no poder desconectar nunca de su trabajo. En su empresa es habitual que su jefe se comunique con los miembros de su equipo fuera de horario. Los mensajes de WhatsApp y los correos electrónicos no cesan en ningún momento: fuera de su jornada, los fines de semana e incluso en vacaciones. Ya se ha puesto en contacto con la sección sindical porque la situación es insostenible y es consciente de que la desconexión digital es un derecho exigible, no un privilegio.
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Desconexión digital, Trabajo