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Mi novia siempre había pensado que mi abuela caminaba lento por su edad. Cada vez que vamos de paseo por Gijón vamos despacio, a lo que ni ella ni yo estamos acostumbrados, ya que vivimos en Madrid y allí la gente va de un lado para otro a toda velocidad.

El verano pasado fuimos una semana y media a Gijón con mis abuelos y mi abuela nos propuso ir a caminar todas las mañanas. Fue entonces cuando vimos a mi abuela ir a toda velocidad de un punto a otro para aumentar pulsaciones y quemar calorías. 

Cuando volvimos a Madrid, mi novia me dijo: “tu abuela camina lento no por ser mayor, sino porque en ciudades más pequeñas se vive de otra manera”.

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